La versión del ataque cardiaco ofrecida por Juan Carlos Piña, pareja de la víctima, fue desvirtuada por los exámenes forenses. El hombre fue detenido como principal sospechoso del crimen
Reporte Proiuris
Erick S. González Caldea
Sheylla Margarita Tovar Salinas, de 43 años de edad, no falleció a causa de un infarto. La mujer fue estrangulada hasta morir. Así lo relevó la autopsia médico legal practicada en el Servicio de Medicina y Ciencias Forences (Senamecf), la tarde del 22 de enero, luego de que la hija de Tovar, Andrea Dorta, denunciara ante la prensa sus sospechas de que su madre fue víctima de un feminicidio.
La versión del ataque cardíaco fue planteada por la pareja de la víctima, Juan Carlos Piña, de 32 años de edad, a las 11 de la noche del 21 de enero, cinco horas después de que el cadáver de la mujer fuera levantado del hotel El Royal de la Avenida Urdaneta, por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
“Él me llamó a las 11 de la noche para decirme que a mi mamá le había dado un infarto y falleció en el hotel. Yo sabía que mi mamá estaba con Juan Carlos; pero me extrañó demasiado que no me hubiera escrito en la tarde. Quedé con la duda y me vine a la morgue para que me resolvieran este misterio, porque sé que mi mamá fue asesinada”, explicó Andrea Dorta, hija de la víctima.
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La pareja de Tovar no se acercó a las instalaciones de la morgue de Bello Monte, a pesar de que fue quien quedó con las pertenencias de la víctima. “Le escribí para que me trajera la cédula de mi mamá y sus cosas, porque me dijo que él se quedó con la cartera”, explicó la hija.
En la noche del 22 de diciembre, funcionarios del Cicpc tomaron bajo custodia a Juan Carlos Piña por ser el principal sospechoso de la muerte de Tovar, debido a lo revelado en la autopsia.
Denuncias desestimadas
Sheylla Tovar y Juan Carlos Piña tenían 13 años de relación y un hijo de 11 años de edad. Durante ese tiempo ella habría sido víctima de agresiones y vejaciones. “En más de una ocasión él maltrató a mi mamá. Yo le decía que denunciara, pero ella tenía miedo. A mí también me llegó a maltratar. Pero, yo sí lo denuncié”, relató Dorta.
Andrea Dorta interpuso dos denuncias en la Unidad de Atención a la Víctima del Ministerio Público, en la sede de la avenida Urdaneta, entre octubre y diciembre de 2019. La primera fue por las agresiones que sufría su madre por parte de Juan Carlos Piña y no fue debidamente tramitada.
“La segunda denuncia la hice en diciembre del año pasado, cuando él me partió un plato en la cara, me rompió el tabique de la nariz, y además, me lastimó la cervical. Fui a denunciar, pero al mes me enteré de que los expedientes de mi denuncia desaparecieron. Solo queda un papel que dice que fui en diciembre, nada más”, explicó Dorta.
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Nuevamente, el Ministerio Público figura como otro victimario. Su actuación quedó entredicho al no efectuar una atención oportuna a víctimas de violencia de género. Esto ocasionó que el destino de Sheylla fuera el mismo que el de Melissa Sidney Arcila Ruiz, de 38 años de edad, asesinada por su ex pareja en abril de 2019, meses después de denunciarla ante la Fiscalía.
“Estoy muy molesta con los funcionarios del Ministerio Público. No solo no investigaron, también perdieron el expediente. No entiendo qué protección están brindando”, sentenció Dorta.
Sheylla Tovar vivía con sus hijos en el sector Diego Lozada, ubicado en la parroquia San José, en el municipio Libertador. Trabajaba como archivadora en el Ministerio de Finanzas, desde hace tres años. Dejó tres hijos: Andrea, de 21 años, una adolescente de 17, y un niño de 11 años.
