Reportes, Venezuela

‘La necesidad más urgente sería el tema de la salud, seguido de la seguridad y tres la situación económica’

Carla*, una enfermera de casi 20 años de servicio, dice que el sector salud debe ser prioridad para las autoridades, pues la gente llega a las consultas pero luego no tiene para hacerse tratamientos ni exámenes diagnósticos

Reporte Proiuris

Voces de los que se quedaron

Trabajar en el sector salud actualmente en Venezuela es complejo. La escasez de insumos médicos, el alto costo de las consultas especializadas, el alza de los estudios médicos básicos y especializados es algo con lo que deben vivir día con día con sus pacientes, sobre todo cuando sus empleos son en el sector público.

Así vive a diario Carla*, una enfermera marabina de 42 años, quien lleva ya casi la mitad de su vida ejerciendo la profesión que ama y apasiona. Más que nadie, ella sabe lo que viven a diario los venezolanos cuando acuden por una emergencia, por un estudio especializado o por una consulta.

Esta profesional en la salud, madre de dos hijos, cuenta lo difícil que es mantenerse sano o buscar la sanidad en Venezuela. En resumen lo que cuenta Carla es que la gente llega a las consultas, pero al salir no cuenta con los medios económicos para hacerse los exámenes diagnósticos y el tratamiento que los doctores colocan.

“Aún en Venezuela, a pesar de que muchos profesionales de la salud han tenido que migrar, aún muchos se consiguen. La atención médica, tanto de médicos generales como de médicos especialistas. Sin embargo, lo difícil es al momento en que el médico te envía hacer los estudios y te pone tu tratamiento, ya que los estudios y los tratamientos generalmente son muy costosos y a veces son inaccesibles para los venezolanos. Es más, hay personas que le preguntan al médico o le preguntamos al médico, cuáles son los medicamentos más importantes o los estudios más importantes porque no podemos costear todos los estudios y todo el tratamiento que los médicos nos colocan”, detalla.

Al consultar la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2022 (Encovi) se puede palpar cómo está la situación del sector salud en el país. En este sentido los resultados evidenciaron que 47% reportó estar asegurado por el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) o algún instituto de previsión público, 20% tiene seguro contratado por institución pública y 15% por institución privada.

La salud del venezolano ha requerido mayor atención pues el estudio indica que las consultas aumentaron 63% y 1 de cada 3 adultos mayores ha tenido algún problema de salud. “La probabilidad de buscar atención es de 70% en el quintil más rico y 58% en el más pobre”, dice el documento.

Carla es sensata al contar lo que a ella le toca ver diariamente: “El costo de un examen básico es de 5 dólares, por ejemplo un examen de sangre de rutina, cuando los exámenes son especializados, por lo menos de hormonas valen de 50 a 60 dólares aproximadamente. Entre más especializado más costoso los exámenes (…) 120 dólares cuestan los estudios especiales en gastroscopia, colonoscopia, biopsias. Estos oscilan entre 80, 300 y 700 dólares dependiendo del requerimiento del paciente”.

Explica la especialista en enfermería que cuando ella y su familia tienen alguna circunstancia de emergencia acuden al centro de salud donde trabaja; sin embargo, enfatiza que igualmente en las áreas de urgencias se debe gastar como costos particulares en medicamentos e insumos médicos necesarios para dar respuesta a esa emergencia.

Como parte de las conclusiones del capítulo “Perspectivas de la salud en Venezuela”, del libro “Comunidad Venezuela. Una agenda de investigación y acción local”, elaborado por José Manuel Olivares (2021) se indica que en el país existe una privatización del servicio de salud.

“Según el Global Health Expenditure Database de la OMS, para el 2017 el porcentaje de gasto de bolsillo (out-of-pocket spending) en el gasto de salud en Venezuela era del 63 %. Este indicador, según la misma fuente, ha aumentado de manera progresiva, pues en el 2011 el gasto de bolsillo fue del 34,7 % (Organización Mundial de la Salud, 2017). En términos reales, la mayoría de servicios de salud deben ser cubiertos total o parcialmente por los pacientes, y el Estado solo pone el espacio de atención. Lo más afectados son los que no pueden usar recursos personales para la atención en salud”.

De hecho para Carla la principal necesidad de Venezuela radica precisamente en mejorar el sistema de salud. “La necesidad más urgente sería el tema de la salud, seguido de la seguridad y tres la situación económica”, precisa.

Hospital Universitario de Maracaibo, Edo. Zulia. Foto: Crónica Uno

Poder adquisitivo y servicios

Trabajar en el sector salud representa para Carla su vida y principal ingreso económico. Trabaja por amor y dedicación, porque el sueldo que recibe no le alcanza para cubrir todos los gastos de su hogar.

El salario base para el personal de enfermería está fijado en un mínimo de 192 bolívares o 41 dólares y un máximo de 228 bolívares 50 dólares, de acuerdo con la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV).

“Mi sueldo promedio es de 50 dólares y la cesta tique son 60 dólares, y eso me alcanza para dos comidas diarias para 15 días, los otros 15 días tenemos que rebuscarnos”, explica la especialista en enfermería.

Carla comparte los gastos de su hogar con su esposo, y aún con los dos sueldos es complicado sostener los compromisos económicos familiares, sobre todo cuando se presentan imprevistos, que suelen desajustar el balance mensual de sus ingresos.

Según la Encovi 2022, en los hogares no pobres el nivel de actividad es de 71% mientras que en los hogares en pobreza extrema es sólo de 45%.

Carla y su familia no viven en pobreza y mucho menos en pobreza extrema, pero sus condiciones de vida ya no son las mismas de unos años atrás, cuando la inflación en el país aún no superaba los tres dígitos.

Su vivienda es propia y precisa que vive con continuos racionamientos en los servicios públicos, sobre todo en temas de acceso a agua potable y electricidad.

“Sí tengo acceso a los servicios públicos, tengo acceso a internet privado, pero sí sufrimos de racionamientos, en el caso del agua nos llega cada ocho días y aproximadamente dura tres días, y  también tenemos racionamiento de electricidad de aproximadamente tres veces a la semana con una duración de media hora a una hora”, detalla.

Las deficiencias de acceso al servicio de agua potable es un eterno problema para los marabinos. Tanto que se ha normalizado el hecho de comprar agua a los camiones cisternas, que ha sido la solución inmediata para muchos, pero que trae consigo una serie de consecuencias a la salud y salubridad en los hogares zulianos.

Hospital Central de Maracaibo, Edo. Zulia. Foto: Radio Fe y Alegría

Muchos se fueron

El núcleo familiar de Carla se ha visto fracturado por el fenómeno de movilidad humana de Venezuela y que ha visto huir a más de 7,1 millones de venezolanos (según cifras de RV4) a países de todos los continentes del mundo.

“En mi núcleo familiar tuvieron que emigrar cinco personas, entre ellos mi hermana, mi cuñada y mis tres sobrinos quienes se fueron aproximadamente hace tres años y están en Morelia, Ciudad de México”, señala.

A ella y especialmente a sus hijos la migración les afectó significativamente. “La migración de mi hermana y su familia emocionalmente ha sido bastante dura para mí y para mis hijos, ya que ellos pasaban mucho tiempo juntos (…)  A mi hija que tiene 8 años al principio le pegó muchísimo hubo varios días que se deprimió o nos deprimimos, pasó tres días llorando porque decía que los extrañaba mucho, y aunque hayan pasado ya tres años ella todavía los extraña y dice que los quiere ir a visita”, cuenta.

Según el estudio PsicoData Venezuela, creado por la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) que fue hecho entre diciembre de 2022 a enero de 2023, las mujeres venezolanas son las que mayormente sienten preocupación y desánimo.

La pérdida de un ser querido, bien sea por causa de fallecimiento o por el proceso migratorio que está viviendo la población venezolana es uno de los motivos de mayor duelo. En esta encuesta se indagó sobre el duelo migratorio, que según la psicóloga María Pernía se refiere a la pérdida psicológica y social tras la partida de un ser querido hacia otra latitud geográfica. “El 75% indicó que en los últimos dos años ha experimentado la falta de familiares o amigos cercanos por la migración”.

Carla también ha pensado en muchas ocasiones migrar, sobre todo cuando las circunstancias económicas y la inseguridad se han agudizado.

Como ella, muchos venezolanos no han podido salir de Venezuela también por no poseer los medios económicos para hacerlo, pero también porque no tienen la documentación al día. Esta situación se repite en los hogares de Venezuela, signados por la actual crisis social, económica y política.

Los datos y opiniones contemplados en este reporte fueron recabados por investigadores de Proiuris de manera directa en diversas entrevistas con las fuentes mencionadas. Se reserva el derecho al anonimato para resguardar la identidad de las fuentes.

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