Reportes, Venezuela

‘Todos mis hijos emigraron, pero sí ellos están bien yo también’

Sergio vio como en los últimos 6 años se vieron forzados a migrar sus 4 hijos, uno a uno fueron saliendo de Venezuela. Para él la parte emocional es la más difícil, los extraña y no sabe cuando volverá a verlos 

Reporte Proiuris

Voces de los que se quedaron

Sergio Alberto Zapata Patiño tiene 69 años y vive solo en Maracay, estado Aragua. Sus manos son fuertes aún y su tenacidad es inquebrantable a pesar de la situación económica, social y política que vive Venezuela y que golpea día con día sus distintas realidades y convivencia.

Este maracayero vio partir a todos sus hijos y sus nietos, por la misma crisis compleja venezolana. Sus tres hijos varones y su única hija hembra se vieron obligados a migrar hacia los Estados Unidos.

“El primero que se fue lo hizo ya hace siete años, y de ahí han ido emigrando todo poco a poco; los últimos que se fueron ya tienen año y medio. Todos están en Oklahoma y están bien”, detalló.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida de los Venezolanos (Encovi 2022), la migración reciente venezolana sigue mostrando un perfil caracterizado por la preeminencia del componente masculino en edades jóvenes, que dejó el país fundamentalmente por la necesidad de buscar trabajo, aunque tiende a aumentar quienes lo están haciendo por razones de reunificación familiar. No obstante las rigideces de las regulaciones migratorias en algunos países los flujos de retorno han sido moderados.

Sergio no quiere migrar, tiene sus raíces en Maracay, donde asentó su vida, su trabajo, sus afectos y sus amigos. “He querido ir a visitarlos, pero no quiero emigrar, porque ya uno con la edad que tiene es muy difícil de estar emigrando”, dice.

Sergio cuenta que tener a sus seres queridos lejos le produce nostalgia, pero para él es suficiente saber que se encuentran bien para seguir hacia adelante. “Si ellos están bien allá, entonces yo también voy a estarlo; pero si ellos están mal en Estados Unidos entonces yo voy a estar mal”, refiere sobre el duelo migratorio que a él le ha tocado experimentar.

Dice la Encovi 2022 que la población que está migrando en la actualidad se va mostrando menos joven. “Constituyen mayoría los migrantes de 30 a 49 años cuando en 2017 estaba más representado el grupo de 15 a 29 años”.

Los cuatro hijos de Sergio se vieron forzados a migrar

La salud

Para Sergio, un pensionado venezolano, la salud y la educación deben ser la prioridad del Estado venezolano. Sin embargo, sobre el primer tema para él la situación es complicada, pues para la atención o acceso a la salud en Venezuela debe acudir a una clínica privada.

“Porque los hospitales y el Seguro Social está muy colapsado y hay que comprar todos los insumos. Aquí en Maracay hay unos CDI, donde se atienden emergencias, y están dirigido por cubanos y venezolanos, pero no me ha tocado ir, gracias a Dios, pero sí he llevado mucha gente a que los atiendan”, relata.

Yanireth Fernández, del Proyecto Enpoven: “Evaluación sobre las condiciones de vida y salud de las personas mayores en Venezuela 2022”, precisa que el 70% del total de las personas mayores en el país son diabéticas e hipertensas, razón por la cual requieren medicación regular y de por vida y, por ende, necesitan disponibilidad financiera, pero además el 93% de las personas mayores no poseen seguros o pólizas de salud exponiéndolas más ante cualquier eventualidad a tener que asistir al sistema público de salud venezolano, caracterizado por una alta precariedad en sus capacidades de atención.

El estudio enfatiza una realidad dura para las personas de la tercera edad en Venezuela y es el hecho de que la mayoría acude a hospitales, ambulatorios o dispensarios privados de costos moderados y Centros de Diagnóstico Integral (CDI).

“Apenas 15% manifestó asistir a clínicas privadas. Lamentablemente 93% de las personas mayores consultadas no poseen una póliza de salud, estas se cotizan en dólares y aumentan su costo en razón de la edad, repercutiendo esto de forma perjudicial en sus presupuestos, pues las personas se ven en la necesidad de acudir a servicios de salud privado a pesar de sus limitaciones financieras. Actualmente tengo un negocio que es máquinas y herramientas torno fresas cepillo y eso es lo que he trabajado toda la vida y me condición de laboral es esa”, refiere el documento.

Aún trabaja

Sergio Alberto tiene mucha fortaleza. Él aún atiende su taller de tornos con el cual se mantiene y cuenta que con los ingresos que percibe con esta labor le alcanza para vivir y sobrevivir “aquí con las penurias que se pasa en Venezuela”.

Zapata cuenta que el pagó el seguro social obligatorio y fue jubilado, pero sostiene que el pago de esa jubilación mensual (130 bolívares) no le alcanza para nada.

“Con esos 130 bolívares que dan de jubilación lo que alcanza a uno es para comprar una harina pan. No alcanza para más nada, porque un kilo de carne vale ya 160 bolívares”, detalla.

Sergio sostiene que él logra hacer sus tres comidas al día, pero también conoce a muchas personas de la tercera edad que solo comen dos y una vez por día.

En el estudio ‘Evaluación sobre las condiciones de vida y salud de las personas mayores en Venezuela 2022’ abordan esta temática y señalan los resultados indican lo siguiente: “Entre tres y dos comidas consumen diariamente el grueso de las personas encuestadas, apenas un 7% puede comer más de tres veces al día. Un significativo 58% (10% más que el año pasado) obtiene sus alimentos a través de la caja o bolsa asignada por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), siendo Puerto Ayacucho, San Fernando, San Carlos, Tucupita, Cumaná y Valera las ciudades donde casi el 100% de la población consultada recibe estos alimentos subsidiados. Este beneficio social o subsidio es recibido por 32% de sus destinatarios una vez al mes, y a la mayoría (44%) la comida se les termina, aproximadamente, en menos de 15 días. De depender solo de esta asignación, las consecuencias en términos nutricionales pueden resultar alarmantes”.

Acceso a servicios

En la casa donde vive Sergio, la misma donde crio a sus hijos, tiene acceso a todos los servicios públicos. El gas y el internet son privados y debe pagarlo; sin embargo, el agua se va de dos a tres días en la semana.

“En cuanto a la electricidad, los cortes y racionamientos en este momento se dan día por medio y  la cortan de tres y cuatro horas”, explica.

Sergio Zapata sostiene que los principales problemas de Venezuela son: la atención y acceso a la  salud, así como las carencias del sistema educativo y el “acceso a los servicios básicos para sobrevivir, porque aquí son de mala calidad”, puntualiza.

Los datos y opiniones contemplados en este reporte fueron recabados por investigadores de Proiuris de manera directa en diversas entrevistas con las fuentes mencionadas. Se reserva el derecho al anonimato para resguardar la identidad de las fuentes.

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