Reportes, Venezuela

A Maritza la tristeza le está borrando los recuerdos

Reporte Proiuris

Voces de los que se quedaron | Regiones

En este seriado Proiuris busca mostrar la realidad de las mujeres que se quedaron en Venezuela, cuáles son sus cargas actuales y cómo la migración forzada de sus familiar ha incrementado exponencialmente el peso de sus obligaciones cotidianas, e incluso el de su estabilidad física y mental. Un grupo de investigadores se trasladó a la región centro occidental de Venezuela y visitó los hogares de mujeres en las ciudades de Barquisimeto, Valencia y Maracay. Todo con el fin de documentar y mostrar sus historias de vida

Seguimos en Maracay, la capital del estado Aragua. Esta vez nos movemos dentro del mismo sector Las Acacias, en el municipio Girardot. Tenemos una cita para conocer la realidad que vive Maritza Barreto, una bibliotecaria pensionada de 60 años que vive sola.

A Maritza le alegra mucho que la visitemos y constatemos cómo vive. “Esto es una soledad terrible, nadie te visita, nadie te pregunta cómo estás, nadie quiere conocer tus problemas”. La realidad de Maritza cambió bruscamente en los últimos 5 años.

Desde niña ha vivido en Las Acacias, desde la ventana de la sala de su casa nos muestra la casa materna, donde nació y creció. Nos señala también la casa de su hermana, diagonal a la suya.  Maritza y su grupo familiar eran vecinos. Ella vivía con sus dos hijos, al frente vivía su mamá y una hermana y diagonal, otra hermana y dos sobrinos.

Todo su grupo familiar se vio forzado a salir poco a poco de Venezuela en un lapso de 4 años, hasta su madre que aún vive se vio forzada a migrar. Su dinámica de vida cambió totalmente desde hace un año cuando se fue la última de sus hermanas.

“Me quede sola, cuidando estas casas, pero sola. Sin tener con quien hablar o quien me ayude en algo”. Esta soledad le ha afectado física y emocionalmente. Le cuesta mucho concentrarse y nota que se le están olvidando las cosas. Extravió las llaves o no se donde guardo la cartera. “Me pasa poco pero me asusta, no sé si es la misma soledad”.

Una vecina alertó a la hija de estos episodios y Maritza fue chequeada por un médico neurólogo. Fue diagnosticada con pérdida de la capacidad cognitiva y recetada con un medicamento que ayuda en la oxigenación del cerebro. Sus hijos cubren sus gastos médicos y de medicamentos. Pero en estos episodios los necesita físicamente y no están.

Maritza le muestra al equipo de Proiuris como en la misma vereda donde esta su casa están las casas vacías de su mama y su hermana. Fotos: Proiuris

Los vecinos son su ayuda, pero tiene un costo

Maritza demuestra el liderazgo en la zona, mucha gente la saluda y le consultan cosas de la comunidad. “Son mis vecinos de toda la vida, además tengo que estar bien con ellos, son mi único apoyo si me pasa algo, que le avisen a mis hijos, que me saquen a un hospital”.

Durante la conversación con el equipo de Proiuris pudimos notar cómo al menos en dos ocasiones personas tocaban su puerta para pedirle algún alimento. Ella diligentemente iba a la cocina lo buscaba y lo entregaba. “Mi hija me regaña, que la comida no me dura. Pero como no ayudo a esta gente, la está pasando mal y son con quien cuento”.

En su situación es complicado negarse a dar lo poco que tiene, siente que depende de sus vecinos y ellos desde su necesidad perciben que ella está en situación de dar, por los alimentos que recibe desde el extranjero. Sin una persona que supervise, pudiera darse una situación de aprovechamiento siendo Maritza una mujer, mayor y sola.

Dos perros rescatados, son quienes acompañan a Maritza hoy día. Fotos: Proiuris

Aún trabaja, aunque el pago es simbólico

Maritza es bibliotecaria de una modesta escuela pública del sector. Todos los días camina ida y vuelta unos 40 min para llegar al instituto educativo. “Yo realmente voy por estar con los niños, porque el pago no alcanza para nada”.

Maritza encontró en esta actividad “leer cuentos a los niños” su única válvula de escape en medio de la soledad que la acompaña diariamente. “Es el único momento del día que me olvido de lo que me paso, que toda esta gente se fue y yo me quede aquí”.

Desde el comienzo de este año su único mecanismo de socialización se vio mermado. Los docentes en Venezuela se encuentran en jornada de reclamos y protestas por los bajos salarios que reciben y la jornada de clases se redujo a dos días a la semana.

Maritza se lamenta, la disminución de los días de clase en el colegio donde trabaja  hace que tenga que pasar más tiempo en la casa. Entiende y apoya lo justo de los reclamos, ella misma no es capaz de cubrir sus necesidades básicas con el sueldo que recibe.

El caso de Maritza nos muestra cómo la gran mayoría de jubilados y pensionados son incapaces de suplir sus necesidades básicas, incluso cuando se incorporan nuevamente al mercado laboral. También nos muestra cómo estos adultos mayores quedan en un estado de soledad, fruto de la migración forzada de su entorno, que los afecta metal y emocionalmente.

Fotos: Proiuris

Maracay es la capital del estado Aragua y del municipio Girardot. Está ubicada en la región central de Venezuela a unos 120 Km de Caracas, al pie de la Cordillera de la Costa. Por su densidad poblacional es la octava ciudad más poblada de Venezuela.

Los datos y opiniones contemplados en este reporte fueron recabados por investigadores de Proiuris de manera directa en diversas entrevistas con las fuentes mencionadas. Se reserva el derecho al anonimato para resguardar la identidad de las fuentes.

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