Reportes, Venezuela

“La crisis de Venezuela me ha afectado en todos los sentidos”

Reporte Proiuris

Voces de los que se quedaron | Regiones

En este seriado Proiuris busca mostrar la realidad de las mujeres que se quedaron en Venezuela, cuáles son sus cargas actuales y cómo la migración forzada de sus familiar ha incrementado exponencialmente el peso de sus obligaciones cotidianas, e incluso el de su estabilidad física y mental. Un grupo de investigadores se trasladó a la región centro occidental de Venezuela y visitó los hogares de mujeres en las ciudades de Barquisimeto, Valencia y Maracay. Todo con el fin de documentar y mostrar sus historias de vida

Seguimos recorriendo el centro occidente de Venezuela. Nos trasladamos a la ciudad de Maracay, la capital del estado  Aragua a unos 120 Km de Caracas. Nos está esperando Luisa Rebolledo, una jubilada de 66 años. Nos cita en la casa materna “la montonera”, como ella la llama. Estamos en el sector Las Acacias del municipio Girardot.

Al saludarnos nos relata su primera afectación. El trasporte público en Maracay. Ella vive en Palo Negro, un poblado del Edo. Aragua a unos 20Km de Maracay. “Mañana tengo que hacer una diligencia en Maracay, me vine desde hoy porque si no, no llego. El trasporte público es escaso y deficiente”.

Dentro de la casa continuamos la conversa. A los pocos minutos se va la luz. “Esto pasa a cada rato, es un racionamiento sin aviso y sin protesta, el sistema eléctrico está destruido”. Luisa habla con conocimiento de causa, es jubilada de Corpoelec, empresa pública encargada de generar y distribuir el servicio eléctrico en la ciudad.

El calor sofocante de la ciudad nos hace continuar la conversa en una plazoleta común a todas las casas. Aquí Luisa nos cuenta su segunda gran afectación. Su hija y su nieto se vieron forzados a migrar a Perú hace 4 años. “Ellos vivían conmigo, la cosa estaba peor. No nos daba para comer, los servicios fallaban a diario. No nos podíamos mover por falta de gasolina, no había trasporte público. Mi hija un día se fue por tierra, sin saber si quiera a donde ir, terminó en Lima”.

La realidad de su hija en su nuevo destino no es fácil, lo que se suponía sería una mejoras para ambas no lo fue. “Trabaja en un pequeño supermercado más de 10 horas al día, lo que gana solo se le va en pagar la renta y la comida. Ellos no están bien”. Hasta ahora son contadas las veces que ha recibido apoyo económica de su hija, “sencillamente porque no puede está subsistiendo”, afirma.

Durante la conversación el equipo de Proiuris puco constatar que muchas personas salían de sus casas con contenedores vacíos a buscar agua. Fotos: Proiuris

La salud ha sido un tema aparte

Cuando la conversación gira al tema de salud Luisa cambia completamente el estado anímico. “Yo soy una sobreviviente de COVID, me vi muy mal”. La pandemia global se vivió con una dimensión adicional en Venezuela. El sistema de salud público está en colapso desde hace más de 10 años.

Luisa lo sabía y se lo corroboró la muerte de su pareja sentimental por COVID. “Él se comenzó a sentir mal, hasta que un día lo ve con mucha dificultad para respirar. Como pude lo sacamos recorrimos tres centros de salud en taxi. En la puerta del último murió”.

Le tocó a ella hacer los trámites para la cremación de su pareja. Estaban solos. Una vez terminado este trámite y en medio del duelo, Luisa comienza a sentirse mal. “El COVID había entrado en la casa. Yo estaba en negación, no me quería hacer la prueba. No había pasado ni una semana de la muerte, era mucho”.

Luisa da positivo en COVID, sola y en mitad de un duelo. Es una vecina quien asume atenderla. Nos confiesa que parte de los hechos no los recuerda. Recibió asistencia en su casa y una hermana que está en México ayudó con los gastos. “Yo me entregue, no tenía quien me ayudara, agradezco la ayuda económica, pero cómo hacía yo no podía ni hacer una transferencia, sola no podía”.

Apartando este episodio, el cual pudo superar,  Luisa nos cuenta que sigue desentendía en cuanto al acceso de salud. “En la empresa como jubilados tenemos jornadas de salud. ¿Pero para qué vas? Te ve el médico, te dice lo que tienes y no tienes cómo comprar los medicamentos y no te los dan”.

Para Luisa su día a día se resume en buscar estrategias para cubrir sus necesidades de alimentación y salud.  Fotos: Proiuris

De la jubilación solo come

Luisa nos cuenta que su único ingreso son su jubilación y la pensión de vejez. Esto solo le alcanza para comprar comida. “Me dan también una bolsa de carbohidratos, pasta, arroz, harina. Yo compro algo de proteína y se acaba todo”. Las emergencias las resuelve con amigos o sus hermanos “mi hija no puede, no la está pasando bien”.

Esto es otra cosa que lamenta de la partida de su hija. La estamos pasando las dos mal. “Cuando vivíamos juntas uníamos gastos y se sobrellevaba mejor”. Ni Luisa ni su hija se imaginaron que la migración les jugara en contr. Pensaban que sería una oportunidad para tener más acceso a ingresos. “Y además solas, yo la extraño a ella y a mi nieto”.

El caso de Luisa muestra la realidad de las mujeres mayores que la migración forzada dejó solas en Venezuela. La orfandad estatal se ve maximizada por la ausencia de su hija y la incapacidad de apoyar económicamente con la madre.

Maracay es la capital del estado Aragua  y del municipio Girardot. Está ubicada en la región central de Venezuela a unos 120 Km de Caracas, al pie de la Cordillera de la Costa. Por su densidad poblacional es la octava ciudad más poblada de Venezuela.

Los datos y opiniones contemplados en este reporte fueron recabados por investigadores de Proiuris de manera directa en diversas entrevistas con las fuentes mencionadas. Se reserva el derecho al anonimato para resguardar la identidad de las fuentes.

Related Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.