María depende de su hija, que fue expulsada de Venezuela, para pagar el alquiler de su casa, comprar comida y medicamentos. Ella tiene una pensión que le alcanza para cubrir muy poco de sus necesidades básicas
Reporte Proiuris
Voces de los que se quedaron
María Maldonado tiene 72 años y vive sola en una pequeña casa alquilada en Maracaibo. Ella es oriunda de la región andina venezolana; sin embargo, hace más de 25 años decidió radicarse en la capital zuliana con sus dos hijos, la menor nació ya estando allí.
Desde esa fecha María vive en la tierra del sol amada, pero con el pasar de los años cuenta cómo la crisis económica y social de Venezuela hizo mella en el seno familiar y la menor de sus hijos tuvo que huir del país.
“Mi hija emigró y el varón está aquí. Mi hija Jamile se fue a México hace 6 años con mi nieta, pero además hace cuatro meses mi otro nieto también se fue a los Estados Unidos”, contó
María dice que se niega a migrar del país que la vio nacer, quiere quedarse en Venezuela a pesar las circunstancias económicas que la pueden agobiar en ciertos momentos de su diario vivir.
Además, de la situación económica para ella sus hijos son prioridad y el tener a la menor lejos le siente en su corazón; sin embargo, dice que se fueron para buscar una mejor calidad de vida para ellos mismos, incluso, para ayudarla a ella misma.
“Yo quisiera tenerlos aquí conmigo, pero fueron a buscar una mejor vida”, asiente con nostalgia. Esta misma añoranza la sienten millones de familias en Venezuela al recordar a los que han partido. Hoy esta cifra ronda por los 7.1 millones de venezolanos, según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela.
En el estudio PsicoData Venezuela, creado por la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) en este país y que fue hecho entre diciembre de 2022 a enero de 2023, se precisa que parte de los resultados a resaltar está el hecho que el 75% de los encuestados dijo que en los últimos 2 años de su vida ha experimentado la falta de familiares o amigos cercanos porque estos han migrado.
El 29% de estas personas dijeron que su salud se ha visto deteriorada a raíz de este proceso migratorio.
Entre los resultados que destacaron se indica que las mujeres (45,7%) son las que sientes mayor preocupación y más desánimo por esta situación de la migración venezolana, el cual es uno de los fenómenos de movilidad humana más importantes del mundo.
Diabética e hipertensa
María Maldonado es hipertensa y diabética medicada de hace muchos años. Como cualquier paciente con estas patologías crónicas requiere no solo de sus fármacos sino de una dieta especial para mantener una calidad de vida óptima.
Sin embargo, cuenta “a veces se me hace difícil cumplir las dietas que me ponen y los medicamentos están muy caros, y en ocasiones no puedo comprarlos”.
Sus hijos la ayudan con el costo de los medicamentos que quiere para mantener controlada las enfermedades.
En la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2022 especifica que 1 de cada 3 adultos mayores en Venezuela ha tenido algún problema de salud y 63% de ellos buscó atención médica. Pero, también resalta que 9 de cada 10 personas buscan la atención de un médico, aunque ha subido a 7% quienes acuden al farmacéutico para recibir asesoría en temas de salud.
Las atenciones en emergencias se vieron afectadas por el tema de la solicitud de insumos, además, en la encuesta nacional enfatizan que 13% de los consultados pagó por la consulta en ambulatorios y CDI y 16% en hospitales.
Sobre este tema, María dice: “En caso de emergencia acudiría al hospital y los medicamentos cuando mi hija puede ella me envía para comprarlos, pero no siempre puede y mi hijo que está aquí también me ayuda”.
El boletín de la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) indica que la falla de insumos en los centros de salud públicos venezolanos cada día es mayor. Los resultados del estudio fueron publicados en enero y precisa que estas carencias en áreas como emergencia y quirófanos son constantes.
“La escasez de insumos es de 72 % para los quirófanos y un 46 % para las emergencias”, refiere la publicación de la ENH. En la primera de las áreas las fallas son históricamente mayores que en emergencia. En promedio, va entre 65 y 80%, mientras que en emergencia el promedio del año 2022 estuvo cercano al 50%.
Jubilada
María es jubilada y en este momento no trabaja por la edad, y sus dos hijos se encargan de su sostenimiento, porque la pensión de 130 bolívares dice que no le alcanza para nada.
“Yo trabajé en una fábrica de ropa íntima, que se llamaba Van Raalte, esos en ese tiempo. Yo trabajé de mantenimiento 18 años en esa fábrica” detalla sobre su oficio cuando llegó a Maracaibo, y con el cual crio a sus dos hijos.
En la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2022 María forma parte del 9,6% de los venezolanos jubilados calificados ya como población inactiva, debido a su edad.
Para ella el tema del ingreso económico de los venezolanos es vital, dice que el salario mínimo en el país está desfasado. “Venezuela tiene muchas necesidades, pero lo primero sería mejorar los salarios. Mire yo recibo una pensión de 130 bolívares y eso no alcanza para nada”, enfatiza.
Con esos 130 bolívares paga parte de los servicios públicos que recibe y los datos de su celular con los cuales se comunica con su hija, porque no tiene internet.
El servicio del agua potable la recibe cada 20 días. “El agua la agarró en pipas y ahí hasta que me dure, aunque a veces me toca comprar (en dólares) cuando se me acaba. El aseo (urbano) si nunca pasa”, dice la mujer.
Para María tener una calidad de vida es tener paz y mantener la unión familiar, por eso para ella es tan importante que sus familia y seres queridos le acompañen en su día a día.
