Reportes, Venezuela

“Si no me enfermo, me alcanza para comprar comida”

Es maestra jubilada de prescolar. Ayudando en casa de una representante  de dos que fueron sus alumnos logra completar lo necesario para comprar lo básico. Tiene estrategias para conseguir los mejores precios, la única condición es no enfermarse, si compra algún medicamento tratamiento médico se descuadra el presupuesto

Reporte Proiuris

Voces de los que se quedaron

Mercedes es el reflejo de la realidad de los adultos mayores en Venezuela. A sus 76 años esta maestra jubilada nos confiesa que el dinero que recibe solo le alcanza para comprar los alimentos que necesita mensualmente, siempre y cuando no haya una necesidad de salud. Nos explica que ella y sus compañeros de trabajo, también hoy jubilados, deben decidir entre comprar comida o comprar medicamentos. Para ambas cosas no pueden.

Mercedes ejerció la docencia durante 30 años. Fue maestra de prescolar dentro del sistema de educación pública en Caricuao, donde aún vive. Producto de su trabajo hoy percibe una jubilación de poco más de 30$ mensuales. Nos explica,

“la educación en Venezuela siempre ha tenido carencias, hemos sido mal pagados pero nunca como ahora. Antes apoyándote con unas horas en colegios privados además de tu dedicación en los colegios públicos podías vivir. Hoy con mi pensión compro  un pollo y una mantequilla y se me acaba”.

Es por esto que tuvo que buscar alternativas para conseguir ingresos. Una representante y amiga como le dice Mercedes, madre de dos ex alumnos, le brindó la oportunidad de ayudarla en la casa y pagarle algo por eso. Está pendiente de atender el teléfono y de mantener todo limpio. “Nos ayudamos entre las dos, yo le mantengo la casa en orden y ella me paga, con eso completo para comprar comida o cualquier cosa que necesite”, nos cuenta.

Mercedes se cuida en dejarnos claro que encontró la solución a su problema, normalizando que sus 76 años, edad de retiro, ella tiene que hacer un trabajo físico de mantenimiento y servicio porque con la fuente de ingreso consecuencia de su trabajo no cubre sus necesidades básicas. De hecho, si fuera así ella podría ser incluso catalogada como una persona en orfandad estatal en cuanto a la falta de acceso a alimentos, atención médica y medicamentos.

A todo lo anterior hay que agregar que debe ayudar a su hija y a sus tres nietos con quienes vive. Colabora también con las labores del hogar, el cuidado de los niños y cualquier alimento que haga falta. Su hija vive la misma crisis que ella con el agravante de que es madre y padre de tres hijos.

Las implicaciones de envejecer  en la Venezuela actual

Según las investigaciones llevadas a cabo por la organización venezolana Convite, Venezuela se ubica como el peor país de la región en lo que respecta a envejecer. Según sus registros el 91% de los adultos mayores afirma que el país es demasiado costoso para vivir. El 58 % de esta población no tiene acceso al control médico con la regularidad que debería. A esto se añade que producto de los altos precios de alimentos como pescado, carnes rojas y frutas, muy pocos pueden disfrutar de una dieta balanceada.

Indican que de cada 10 adultos mayores que entrevistan, cinco deben reducir las porciones de alimentos que consumen. Esto los pone en una situación de vulnerabilidad. Más de la mitad solo puede consumir proteína de origen animal de dos a tres veces por semana, mientras que el 57 % dijo que extrañan comer pescado y la razón fundamental es porque no tienen recursos económicos que les permitan adquirirlos.

Estos datos señalan que la realidad de Mercedes no es particular sino generalizada en los adultos mayores en Venezuela. A esto hay que agregar que alrededor de 7 millones de venezolanos han emigrado de Venezuela en los últimos 5 años. La Encovi de 2022 reveló que los venezolanos que deciden irse del país tienen edades que está entre los 30 y 49 años (44%) y en la oleada anterior, en 2017 están entre 15 a 29 años (57%).

Estas cifras muestran que en las últimas oleadas migratoria han salido de Venezuela personas jóvenes y adultas quedando los adultos mayores solos y sin capacidad económica para cubrir sus necesidades básicas.

Los datos y opiniones contemplados en este reporte fueron recabados por investigadores de Proiuris de manera directa en diversas entrevistas con las fuentes mencionadas. Se reserva el derecho al anonimato para resguardar la identidad de las fuentes.

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