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‘Migré hace apenas 3 meses a Colombia porque soy el sustento de mi familia’

Lili Quiroz es una venezolana que migró hace apenas 3 meses a Cúcuta, porque la situación económica de su país y la enfermedad de su mamá la obligó a salir de la tierra que la vio nacer: Táchira

Reporte Proiuris

Documentación directa

La sonrisa de Lili es locuaz, su mirada dulce y tiene unas ganas de comerse el mundo por dos grandes razones: su madre y su hermanita. Así llegó Lili Quiroz hace apenas tres meses a Cúcuta, donde reside actualmente, con una maleta llena de sueños con el resto de los migrantes venezolanos. Salió huyendo de la emergencia humanitaria que atraviesa Venezuela y sobre todo de la crisis económica del país, porque no tenía para comprarle los medicamentos que requería su mamá.

Con apenas 24 años se hizo cargo de toda su familia, pero la inflación, la economía dolarizada, la falta de oportunidades y la carencia de servicios públicos detonaron su partida.

“Cada día la situación me quedaba más difícil, teníamos que trabajar mucho y no veíamos evolución. Yo había desperdiciado muchas oportunidades, pero no pude seguir así”, dice la joven tachirense, oriunda del poblado de Capacho.

La madre de Lili sufre de artritis y requiere una serie de medicamentos y vitaminas para tratarse esta patología.

“Mi mamá está enferma y a pesar de tener comida, la situación estaba mal no teníamos progreso, no podíamos ahorrar, entonces acepté el trabajo por la salud de mi familia, porque yo soy el sustento de mi casa. Lo que me cancelaban semanal no alcanzaba para nada, mi mamá no podía trabajar por su condición de salud”, dice la muchacha venezolana, quien actualmente labora en una floristería.

Actualmente, vive sola en Cúcuta como los 167.678 venezolanos que residen en esta ciudad colombiana, tal cual como da cuenta el último balance numérico entregado por Migración Colombia. La capital nortesantandereana es la tercera tomando en cuenta la cantidad de venezolanos que en ella reside, antecedida solo por Bogotá y Medellín.

Según las cifras de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de 2021 (Encovi) – (Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), pero perfil de la migración venezolana sigue siendo gente joven. “Casi la mitad de quienes dejaron el país son jóvenes de 15 a 29 años y 90% si se considera el tramo de 15 a 49 años. Jóvenes en edades activas, cuya principal razón de emigrar es la necesidad de buscar empleo en otro país (86%)”.

La familia de esta tachirense sigue en Venezuela, pero ella trabaja arduamente todos los días en Cúcuta para enviar los pesos que su mamá y su hermana necesitan.

Lili forma parte de las 3 personas de cada 5 que envía ayudas en dinero o en especie a su hogar de origen en Venezuela (Encovi-2021). “57% de esos envíos se hacen 1 o 2 veces al mes, contribuyendo en alguna medida a la reactivación del consumo en los hogares perceptores”, precisa el documento.

Quiroz es un ejemplo de que los venezolanos siguen migrando, a pesar de que Gobierno venezolano lo siga negando, tal como ocurrió recientemente tras la presentación del informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos para Venezuela ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

El representante de la administración de Nicolás Maduro, Héctor Constant, acusó a la Misión Independiente de la ONU de estar “calumniando” al Ejecutivo presidido por Maduro y reiteró que el procedimiento careció de una investigación, sin pruebas y sin verificación.

Constant cree que la misión “se ha superado nuevamente en la ficción que construye sobre la realidad” de lo que ocurre en Venezuela. Expresó que se ha “inventado de todo” para perjudicar al país desde algunos sectores como la crisis migratoria, la presencia de presuntos grupos terroristas y hasta la conformación de un “gobierno interino”.

Dejó sus sueños

Lili Quiroz terminó su bachillerato, pero, tuvo que dejar sus sueños de estudiar medicina forense para empezar a trabajar muy joven.

“Estando allá en Venezuela uno tiene que rebuscarse con cualquier cosa, yo cantó en eventos, fiestas, matrimonios; pero además hago cejas, pestañas y maquillaje profesional”, cuenta sobre sus habilidades.

En la encuesta Encovi se precisa que la población venezolana entre los 18 a 24 años ha reducido su acceso a la enseñanza universitaria. “Los hogares buscan maximizar el aprovechamiento de su fuerza de trabajo para compensar la merma de los ingresos familiares. Es alto el costo de oportunidad de permanecer estudiando”.

Con el derecho a la nacionalidad

Esta venezolana residenciada en Cúcuta pasó por el puente internacional Simón Bolívar con la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF). Actualmente no cuenta con algún documento que le permita regularizar su situación en Colombia.

Confiesa que nunca pensó migrar, pero la crisis venezolano la obligó a salir. “Actualmente no tengo papeles, no pensé que iba a migrar. Mi papá es colombiano, pero yo nunca me moví con el tema de los papeles”.

En la encuesta Encovi del año pasado, al precisar el perfil de la migración venezolana da cuenta que el 18% estaría en situación irregular debido a la falta de documentos o al vencimiento de los mismos y 15% de casos donde la familia no conoce el estatus.

Lili tiene el derecho a la nacionalidad colombiana por ser hija de un colombiano, tal como lo establece el artículo 96 de la Constitución: “Los hijos de padre o madre colombianos que hubieren nacido en tierra extranjera y luego se domiciliaren en territorio colombiano o registraren en una oficina consular de la República”.

“Ahora es más complicado lo de la nacionalidad, porque en Venezuela no contaba con el dinero para apostillar”, señala.

Lograr el proceso de nacionalización cuesta mucho.

Tal como explica el portal Estoy en la Frontera de Cúcuta, en la Circular Única de Registro Civil e Identificación, que contemplaba la inscripción extemporánea de hijos colombianos nacidos en Venezuela, se acordó no exigir el documento apostillado. Actualmente es un requisito obligatorio y se ha convertido en una traba para quienes desean regularizarse en el país.

“La Registraduría Nacional, por razones humanitarias y para facilitar dicho registro, emitió la Circular 121 de 2016, la cual se ha prorrogado anualmente, en la cual estableció un procedimiento especial para la inscripción en el registro civil de los hijos de nacionales colombianos nacidos en Venezuela, teniendo en cuenta las dificultades para la obtención de los documentos apostillados en dicho país”, dice el documento publicado por la página web.

En ese sentido, la Corte Constitucional, en Sentencia T- 212 de 2013, dentro de sus consideraciones expresó: “(…) Tratándose de un derecho fundamental (el de la personalidad jurídica), es obligación del Estado agotar todos los medios a su alcance para que los ciudadanos puedan ejercerlo plenamente, removiendo los obstáculos que para dicho ejercicio existieren”.

El 28 de abril de 2020 hubo una reunión interinstitucional convocada por la Registraduría en la que participó Cancillería, Gerencia de Frontera, ICBF, Migración Colombia, Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General que tuvo como fin prorrogar la aplicación de la medida excepcional por seis meses.

Sin embargo, esta orden tuvo vigencia hasta el 14 de noviembre de 2020, complicando el proceso de identificación de estos ciudadanos al exigirles el apostillado.

Los servicios y la salud ¿qué?

Otro de los detonantes que movió a Lili de su hogar y la motivo a cruzar la línea fronteriza fue el tema de los racionamientos de los servicios públicos en tu natal Capacho.

“Le quitan la luz de dos y hasta seis horas en un solo día, eran más las horas sin luz que las que sí. El problema del agua es que la quitan semanal (…) el internet nos lo facilitaba una vecina, porque estaba muy costoso y el gas cuando se acababa el cilindro pasábamos muchos días sin gas porque había que esperar mucho tiempo para que lo repusieran”, detallo en su relato.

El acceso a los servicios de salud cuenta que estaban condicionados a que hubiera médicos de turno y a contar con el dinero para comprar todo lo que le recetaban. “Cerca de la casa hay un centro médico, pero la salud está colapsada, no revisaban nada para saber qué tenía uno, solo te mandaban a tomar algo y ya”.

Los datos y opiniones contemplados en este reporte fueron recabados por investigadores de Proiuris de manera directa en diversas entrevistas con las fuentes mencionadas. Se reserva el derecho al anonimato para resguardar la identidad de las fuentes.

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