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Padre venezolano: ‘Somos unas familias desmembradas por culpa de un mal gobierno’

Reporte Proiuris

Voces de los que se quedaron 

Henry Rafael González todos los días siente en la piel, en su corazón y en su alma la carencia de los abrazos de sus tres hijos. Desde hace cuatro años empezó a ver cómo cada una de las partes de su ser se deshilachaban con la partida de sus tres amores. Era inevitable verlos huir de Venezuela, porque todos querían hallar una mejor calidad de vida para ellos y sus propias familias. Él lo sabe, lo admite y lo acepta, muy a pesar de la tristeza que le embarga.

Su corazón enclavado en el estado Zulia, donde nació, está repartido en tres países distintos: Colombia, Chile y Argentina. Ahí se encuentran sus seres queridos. Al hablar de las distancias y de lo que ha perdido por la migración no puede evitar llorar.

A sus 65 años dice perderse día a día ver cómo crecen sus nietos y darles un beso o un abrazo. “Es lamentable y muy triste, se siente uno desolado. El sufrimiento interior que uno lleva al saber que todos sus hijos están afuera y que no tienen el apoyo nuestro es fuerte. Las familias están dispersas por todo el mundo”.

“Uno duerme pensando ¿cómo estarán? No sabría cómo describir lo espantoso que uno siente (…) Es triste y malo porque nos desunieron totalmente, somos unas familias desmembradas por culpa de un mal gobierno, por culpa de que todo es para un grupo de personas y el pueblo sufriendo y llevando garrotes por todos lados”, dice con aflicción.

El impacto psicológico de migrar no afecta solo al que migra, sino al que se queda, el duelo migratorio lo llevan las familias completas.

La psicóloga María Pernía, explicó a través del portal especializado en migración Estoy en la Frontera de Cúcuta que el duelo migratorio conduce a una situación de duelo emocional. Este duelo “es una pérdida psicológica y social que, aunque es diferente a la pérdida física, presenta los mismos síntomas y etapas, porque es igualmente un duelo emocional”.

Enfatiza que es especialmente riesgoso cuando se trata de menores de edad y personas de la tercera edad, porque puede afectar la salud mental del niño que se siente en abandono y lo mismo ocurre con los abuelos. Esto puede dejar marcas significativas en el estado de ánimo de las personas de la tercera edad y en el caso de los menores de edad “temen a no volver a ver a sus padres y esto va dejando marcas importantes para su autoestima”.

La vida de Henry tiene un antes y un después de ver partir a sus hijos. Aún no sabe si va migrar con alguno de ellos, porque asegura que ama el suelo donde nació, pero reconoce la difícil situación económica que atraviesa Venezuela.

En la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida 2021 (Encovi) se relevan datos importantes como que el 90% de la población del país es pobre, es decir, de cada 10 personas 9 se encuentran en situación de pobreza.

Entre los resultados de la reciente encuesta, liderada por la Universidad Católica Andrés Bello, se indica que la pobreza multidimensional llegó a 65,2%. El documento resalta: “La crisis de movilidad ha hecho que la pobreza extrema tenga un repunte. La crisis de movilidad afectó más a las ocupaciones y oportunidades de los pobres”.

Hogares transfronterizos

“Hay uno (de los hijos) que me dice que en algún momento él va mandar a buscar a su mamá y su papá, pero él pensaba irse a los Estados Unidos y ya no va venir más. El menor no dice nada, y el otro tiene 3 niños”, cuenta al preguntarle si piensa irse a vivir con sus hijos en el extranjero.

La familia de Henry tal como lo describe la directora de Encovi, Anitza Freitez, son unidades familiares transnacionales localizadas entre los lugares de origen y destino.

“Ellos (los hijos) buscan irse a otro lado para tratar de ayudar a uno y tener ellos una mejor calidad de vida. Yo les digo que a lo que estés bien (yo me voy). Si yo me voy (a otro país) es a trabajar, pero al principio sentiría que sería una carga”, dice.

Mientras eso ocurre dice Henry que igualmente él sigue trabajando por su país. Él es comerciante y labora vendiendo mercancías de diferentes rubros para sobrevivir y cubrir sus gastos básicos.

“Yo aquí hago cualquier cosa, compro, vendo”, así describe su trabajo, pero antes de la crisis humanitaria, que atraviesa Venezuela, laboró en telemarketing como operador.

En este momento, su situación laboral es relativamente estable, pero la inflación afecta sensiblemente las ventas que hace. “Cuando vendes algo y vas a volver a comprar ya no te alcanza, ya no es lo mismo, porque el dólar subió. Yo creo que le pierdes un 50% a los productos, porque no son ventas rápidas”, señala.

En la encuesta Encovi 2021, se especifica en el ámbito laboral que entre 2014 y 2021 se redujo el empleo formal 21.8 puntos porcentuales (4.4. MM de empleos), de los cuales 70% pertenecen al sector público y 30% del privado.

“Reducción del empleo formal (público o privado) sólo en un año (2019-20 y 2021). Hoy sólo el 40% de los ocupados están ocupados formalmente. La destrucción del empleo público y privado ha significado un aumento de 20 puntos en los trabajadores por cuenta propia. Hoy 1 de cada 2 trabajadores está autoempleado”, detallan los resultados.

En su economía diaria Henry trata de ayudar a quien puede, “porque aquí en este país tenemos que ayudarnos unos con los otros, porque si no nos ayudamos nos morimos”.

Con sus ingresos cubre todo lo que puede, pero la inflación en muchas ocasiones se le come lo que devenga. Sus hijos le ayudan con envío de remesas, pero él no les exige porque reconoce los gastos que ellos tienen en sus países de acogidas.

Hace tres comidas diarias, pero confiesa que ingiere lo que haya, no mantiene una alimentación balanceada como lo recomiendan los nutricionistas.

En Encovi del año pasado se precisa que en sus mediciones de consumo de alimentos entre 2020 y 2021 y en general hubo una disminución de consumo real per-cápita entre 2% y 13% según el estrato social. Pero, además, indica que  todos los estratos redujeron su gasto de alimentos.

“El estrato más pobre fue el que más redujo su gasto en alimentos  con 13.3%, esto significa un mayor sacrificio de ajustes en el consumo de alimentos para los menos favorecidos económicamente. Las diferencias entre estratos son importantes. Los pobres no extremos gastaron 214% más que los pobres extremos, y los no pobres 137% más que los pobres”, indica la encuesta venezolana.

Sin agua desde hace 5 años

Vivir sin servicios públicos básicos como el agua, la electricidad y el gas es el pan nuestro para Henry, quien ha tenido que naturalizar el hecho de que desde hace cinco años no recibe agua potable por tubería.

“Al sector El Caujaro no llega el agua desde hace 5 años, tenemos que comprarla, yo la compro semanal y la electricidad se va a cada momento, son 150 bajones diarios. Por ejemplo, ayer se me quemó el capacitador del aire acondicionado y un bombillo, y eso quién me lo paga, nadie”, detalla.

Henry dice que en Venezuela están los que quieren seguir luchando y sobreviviendo, que la mayoría de los jóvenes han migrado.

“Casi la mitad de quienes dejaron el país son jóvenes de 15 a 29 años y 90% si se considera el tramo de 15 a 49 años”, dice Encovi.

La salud de este comerciante venezolano gira en torno al control de su tensión arterial y su circulación. Para estas dos enfermedades de base toma medicamentos, los cuales paga con lo devenga y con lo que le envían sus hijos, dándole gracias a Dios que los fármacos no son tan costosos. “La atención médica que yo pudiera conseguir es por acá mismo por la casa, como en un Barrio Adentro, pero debido al costo de una consulta médica (privada) no se puede es muy costosa”.

Agradece todos los días que no ha tenido necesidad de acudir a una emergencia de algún hospital. “No quiero ni pensar en eso porque sería bastante difícil, porque para ingresar a una clínica obviamente piden dinero primero, y en los hospitales en lo que me he dado cuenta, que Dios me perdone si estoy errado o a lo mejor estoy equivocado, los médicos no están bien capacitados”, dice.

Las esperanzas de Henry de volver a abrazar a sus hijos siguen intacta como el día uno que ellos migraron. Trabaja duro cada segundo para estar bien de salud y tener la oportunidad del reencuentro anhelado.

Los datos y opiniones contemplados en este reporte fueron recabados por investigadores de Proiuris de manera directa en diversas entrevistas con las fuentes mencionadas. Se reserva el derecho al anonimato para resguardar la identidad de las fuentes.

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