Colombia

Doble nacionalidad no basta para obtener un empleo digno en Colombia

Doble nacionalidad

Su doble nacionalidad sugiere una ventaja, pero sus 56 años de edad juegan en contra. En septiembre de 2019 esta venezolana huyó de su país y ahora está en Bogotá, donde solo ha conseguido eventuales empleos como trabajadora doméstica

Reporte Especial Proiuris

Anggy Polanco

Martha (*) creía que con su doble nacionalidad (colombiana y venezolana) todo sería más fácil. En septiembre de 2019 decidió migrar a Bogotá, pues en Socopó, estado Barinas, su trabajo como vendedora de ropa y zapatos se vino a pique. Vestirse y calzarse se convirtió en un lujo inaccesible para los pobladores de Socopó. Allá dejó su único patrimonio material: un terreno propio y una casa de madera.

Como colombiana, aspiraba a insertarse en el mercado laboral local con más ventajas que el resto de las personas venezolanas que huyen de la emergencia humanitaria compleja en el país. Sin embargo, su doble nacionalidad no era suficiente, tendría que afrontar otro escollo: sus 56 años de edad.

Lea también: Acnur promueve acceso al mercado laboral de venezolanos y venezolanas en Colombia

“Como tenía mi cédula colombiana, que había obtenido a través de un consulado en Venezuela, gracias a que mis padres son colombianos, no tenía mayores temores al momento de llegar a Colombia. Me imaginé que por ser colombiana tendría mejores oportunidades”, recuerda Martha.

De Puerto Santander viajó a Cúcuta y de allí a Bogotá. Martha solo llevaba el dinero para costear el transporte hasta la capital de Colombia, donde la esperaban un hermano y un tío.

Al principio, trabajó como doméstica y ganaba 45.000 pesos por día laborado. Sin embargo, ese empleo solo duró dos meses. Quedó desempleada durante cuatro meses, lapso durante el cual insistió en buscar trabajo en empresas, locales comerciales, almacenes y restaurantes.

“No me llamaron para nada. Creo que es por la edad, porque aquí dicen que por la edad no entran a ninguna empresa nueva; ni los colombianos. Quería venirme aquí a Colombia para tener más bienestar, quería hacer una casa; pero a mi edad se me ha hecho difícil conseguir un trabajo”.

Lea también: La resiliencia emerge en la huida y el retorno de las y los caminantes

Una sobrina de Martha le ayudó a conseguir un trabajo como niñera, pero sobrevino la pandemia de COVID-19 y, de nuevo, el desempleo.

“Fue terrible, porque yo tenía que seguir pagando alquiler y alimentación. Un hermano mío me llevaba comida, y una vez una señora me regaló una bolsa de comida. Pero me desalojaron de la habitación porque no tenía dinero para pagar”, explicó.

Su hermano la acogió en su residencia hasta que obtuvo ayuda económica a través del Consejo Noruego. Recibió 500.000 pesos mensuales durante tres meses.

Con la flexibilización de las medidas de confinamiento en Colombia, retomó su trabajo como doméstica; pero esta vez con un salario diario menor: 35.000 pesos: “Aquí también se aprovechan mucho, al haber mucha demanda, ofrecen pagos bajos. Yo me voy desde las 7:00 de la mañana a trabajar y se hacen las 8:00 p.m. y aún sigo”.

¿Qué indican los números?

En su sitio web Migración Colombia afirma que el Ministerio del Trabajo y el Ministerio de Relaciones Exteriores crearon el Permiso Especial de Permanencia (PEP). Esto como un «esfuerzo para disminuir la informalidad laboral y permitir el acceso al trabajo de los venezolanos en situación migratoria irregular, en condiciones de aseguramiento”.

Las personas refugiadas y migrantes venezolanas que puedan acreditar un empleo se aproximan a la regularización de su situación migratoria.

1.721.195 venezolanos y venezolanas están radicados en Colombia, según los reportes de Migración de ese país, de los cuales, 955.487 se encuentran indocumentados. Ello significa que solo 44 % de la diáspora venezolana en Colombia está en situación migratoria regular.

Para 2017, según un estudio de la OIM, se calculaba que 40 % de los venezolanos y venezolanas que ingresaban a Colombia poseían doble nacionalidad, lo cual les permitía tener mejores oportunidades laborales.

Lea también: Desaparición de migrantes, un filón sombrío del éxodo venezolano

En Colombia, 27 % de las personas en edad de trabajar son mayores de 40 años, una edad en la que los colombianos empiezan a sentir muchas más trabas para emplearse de manera formal, según cálculos del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), entre 2005 y 2020.

En noviembre de 2020, la población desempleada en Colombia ascendía a 3,3 millones de personas. Un año antes eran 2,3 millones. En las 13 ciudades y áreas metropolitanas la población desocupada fue 1,9 millones, 581 mil más (variación estadísticamente significativa) que en noviembre de 2019,  según datos del DANE.

La cantidad de mujeres ocupadas se redujo 10,5 % en noviembre de 2020, en comparación con el mismo mes de 2019; y  la de hombres ocupados disminuyó en 4,3 %.

Las mayores reducciones de la población ocupada en Colombia corresponden a mujeres con edades comprendidas entre los 25 y 54 años (-491 mil) y de 55 años y más (-319 mil). Esta misma tendencia se verificó en las 13 ciudades y áreas metropolitanas (-284 mil mujeres ocupadas de 25 a 54 años y -155 mil mujeres ocupadas de 55 años en adelante).

Según el informe de la DANE, “los contratos de término fijo se aplican en mayor medida a personas menores de 40 años”.

A pesar de todo, Martha persiste en Colombia: “Aquí he comido mejor, aquí se logra adquirir los alimentos a mejor precio… porque escucho que en mi país está peor la crisis”.

(*) Nombre ficticio a petición de la protagonista de esta historia

Related Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.