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Los modus operandi | Sebin y Dgcim aplicaron violencia sexual contra presos políticos, afirma misión de la ONU

Violencia de género y sexual

La misión de la ONU precisó que 74% de los actos de violencia sexual se ejercieron contra hombres. Las mujeres fueron víctimas de sexo bajo coacción y sin protección. A ellas ni siquiera se les garantizaba higiene menstrual. Los estereotipos de género se utilizaron para denigrar a los presos y presas políticos

Reporte Proiuris

Erick S. González Caldea

“Sin excepción, las mujeres que hablaron con la Misión describieron las situaciones y condiciones de su detención como profundamente humillantes”. Así lo denunció la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela, al referirse a actos de violencia sexual y de género, en el informe publicado el 16 de septiembre de 2020.

La misión de la ONU identificó como principales responsables de los atropellos a funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y de la que estuvieron a cargo de la custodia de las detenidas. Sin embargo, en los centros de detención del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas también se habrían cometido excesos.

“En varios casos, mujeres que menstruaban fueron retenidas después de su arresto sin tener acceso a productos de higiene menstrual y sin poder bañarse adecuadamente. Esto resultó en que las mujeres usaran ropa mojada y ensangrentada durante varios días, a veces en presencia de hombres que ellas no conocían. En ocasiones, se presentaban a mujeres en el tribunal con estas ropas ensangrentadas y/o funcionarios de seguridad se burlaban de ellas y de la sangre”, se lee en el informe.

Ni los centros de detención del Sebin ni los de la Dgcim ofrecían condiciones adecuadas para mujeres, aunque permanecían allí durante semanas, meses o años.

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“En El Helicoide, por ejemplo, permanecían hasta 30 mujeres recluidas en una celda hacinada, sin acceso a agua corriente. Cuando había agua disponible en el centro, se proporcionaba el primer acceso a los hombres”, agregó la Misión.

Las mujeres detenidas informaron a la Misión de la ONU que también tenían menos acceso a la luz solar y a la actividad física en comparación con los hombres.

La misión de la ONU se refirió al sexo bajo coacción: “Mujeres bajo custodia también enfrentaron riesgos adicionales de explotación sexual y sexo transaccional coercitivo. La Misión considera tales actos como violencia sexual precisamente por su carácter coercitivo”, señaló.

Debido a la falta de instalaciones adecuadas, una mujer dijo a la Misión que se vio obligada a ducharse desnuda en un vestidor masculino del Cicpc. Al vestidor, entraban hombres quienes le hablaban mientras se bañaba, incluso un oficial superior le hacía insinuaciones sexuales.

“Dos testigos informaron a la Misión de un incidente ocurrido en diciembre de 2015, en el Sebin, en el que escucharon la violación sexual de una mujer detenida en la oficina de arriba . Dijeron a la Misión que escucharon a un funcionario decirle a la mujer ‘date vuelta’ y ‘ponte en cuatro’, porque ‘ahora te toca’. Luego escucharon sus gritos de dolor. Una testigo tuvo que trasladarse a otra zona de la celda porque no podía soportar escuchar”, se lee en el informe.

Hombres víctimas

74% de los incidentes de violencia sexual fue perpetrado contra hombres y en el 30% contra las mujeres. “El mayor número de víctimas masculinas documentadas en esta sección se correlaciona con el mayor porcentaje de víctimas masculinas de las diversas violaciones y delitos investigados dentro del mandato de la Misión”, explicó.

“Oficiales de la DGCIM, en particular, usaron la violencia sexual principalmente contra hombres pertenecientes o asociados con las fuerzas armadas. Víctimas, representantes legales, y familiares describieron repetidamente incidentes de desnudez forzada, violencia selectiva contra los genitales y amenazas de violación sexual en la sede de la DGCIM Boleíta”, agrega el informe.

La misión de la ONU documento detalladamente 45 incidentes, que corresponden a 89 sucesos relacionados a la violencia de género y sexual coercitivas por parte de los funcionarios.

“Todos los actos de violencia sexual investigados por la Misión fueron cometidos por funcionarios del Estado en entornos coercitivos. Sin excepción, las víctimas se encontraban bajo la custodia o el control de los autores, en situaciones de castigo, coacción, discriminación o intimidación. Por consiguiente, los actos de violación y otros actos de violencia sexual investigados por la Misión, cuando se consideran en el contexto de su comisión, pueden caracterizarse apropiadamente como actos de tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes”, se lee en el informe.

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Siete modalidades de violencia sexual

Entre los actos de violencia sexual y de género documentados por la Misión incluyeron:

  • Violación sexual, utilizando partes del cuerpo u objetos (tres casos confirmados)
  • Amenazas de violar a personas o hacer que otras personas las violen (19 casos confirmados, múltiples víctimas durante las detenciones en grupo)
  • Amenazas de violación u otros tipos de violencia de género contra familiares mujeres de las víctimas (cinco casos confirmados)
  • Violencia sexual incluyendo el manoseo de senos, glúteos y genitales (diez casos confirmados)
  • Desnudez forzada, incluso durante períodos prolongados (23 casos confirmados, múltiples víctimas adicionales durante las detenciones en grupo)
  • Violencia dirigida a los genitales (masculinos y femeninos), los senos o el abdomen (en caso de mujeres), incluidas las palizas o la aplicación de descargas eléctricas (24 casos confirmados).
  • Requisas corporales invasivas e innecesarias (contra hombres y mujeres) de personas detenidas o visitantes (cinco casos confirmados, múltiples víctimas adicionales).

34 de las 45 denuncias investigadas por la misión de la ONU las cometieron funcionarios del Sebin y de la Dgcim, dentro de sus centros de detención en Boleíta, El Helicoide y La Tumba (sede de la policía política en Plaza Venezuela).

El informe de la misión de la ONU también indica que varias de las agresiones sexuales y violaciones se cometieron en las casas clandestinas, o “casas de seguridad”, de la Dgcim.

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Sexo sin protección

El informe de la misión de la ONU afirma que los funcionarios del Sebin aplicaban violencia sexual contra personas detenidas en El Helicoide. Y agrega que los perpetradores ni sus víctimas disponían de anticonceptivos, ni se realizaban exámenes médicos para detectar o tratar infecciones de transmisión sexual o embarazos.

Una testigo dijo a la misión de la ONU que a las detenidas, después de haber tenido relaciones sexuales con guardias, les preocupaba que pudieran quedar embarazadas y trataban de evitar la concepción.

“Otra detenida pidió a sus familiares que le llevaran anticonceptivos a El Helicoide para que ella los pudiera distribuir a las reclusas junto con información sobre salud sexual. No lo permitieron”, se lee en el informe.

No constan en los expedientes

Durante las detenciones masivas de manifestantes en las protestas antigubernamentales de 2014 y 2017, muchas mujeres sufrieron de acosos y violencias de género por parte de funcionarios del Sebin y la Dgcim. Sin embargo, el registro de violencia de género no quedó registrado en los expedientes judiciales, debido a que las víctimas nunca eran presentadas ante los tribunales.

“Las mujeres [detenidas durante las manifestaciones] tienen que aguantar y salir de la mejor forma posible […] Están tan concentradas en la libertad, que por lo que ellas vivieron en términos de amenazas y tocamientos, lo pasan por debajo de la mesa. Solo sale después. Pero la mayoría se van del país. Prefieren no dar seguimiento a esto”, se lee en el informe.

La revictimización de las mujeres dentro de las instancias judiciales y policiales cohibía a las víctimas a denunciar. “Por esta razón, los relatos directos de actos de violencia contra las mujeres y las niñas no siempre se incluyen en los expedientes judiciales, lo que limita las posibilidades de rendición de cuentas”, se agregó en el informe.

Homofobia, machismo y sexismo

La misión de la ONU documentó que, en al menos 18 casos y con múltiples víctimas, funcionarios del Sebin, Dgcim, GNB, PNB y FAES insultaron a hombres y mujeres con palabras homofóbicas y sexistas durante la perpetración de otros actos de violencia en su contra, incluida la violencia de género y sexual.

Palabras como “mariquita”, “marico”, “sucia”, “perra”, entre otros insultos derivados de estereotipos sexistas, machistas y homofóbicos, eran usados antes, durante y después de la comisión de delitos como violaciones o torturas contra los detenidos.

“Funcionarios del Estado utilizaron los roles y estereotipos de género como armas durante la perpetración de violaciones y delitos analizados en el presente informe, ocasionando graves daños físicos, psicológicos y morales adicionales a las víctimas. El discurso discriminatorio se reflejaba en declaraciones homofóbicas y sexistas de altos funcionarios públicos durante el período del mandato de la Misión”, se lee en el informe.

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Una de las víctimas detenidas en el Sebin, cuyos funcionarios amenazaron con violar a las mujeres de su familia, declaró a la misión de la ONU que: “esas amenazas le hacían sentir avergonzado y culpable por no haber hecho lo suficiente para proteger a su familia”.

“Estos actos ocurrieron durante redadas domiciliarias, arrestos, interrogatorios y detenciones. En varios incidentes de extrema violencia, funcionarios atacaron la masculinidad de las víctimas hombres durante actos de violación u otros actos graves de violencia sexual, equiparando ser un “sucio” “traidor” con la homosexualidad y la debilidad”, se lee en el informe.

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