La inseguridad alimentaria afecta a una de cada tres personas en Venezuela. El plan de la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios para 2020 prevé asistir a los que están en situación de mayor vulnerabilidad
Reporte Prouiris
Edgar López
La Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) tiene previsto ayudar a 1,1 millón de personas, de las 2,4 millones que sufren desnutrición o inseguridad alimentaria severa en Venezuela.
En el Plan de Respuesta Humanitaria con Panorama de Necesidades 2020, divulgado este 15 de julio, la inseguridad alimentaria severa en Venezuela está identificada como un área de atención prioritaria.
Es previsible que la contingencia sanitaria por la COVID-19 aumente las dificultades de los venezolanos y venezolanas para alimentarse.
El deterioro del poder adquisitivo en Venezuela disminuye el acceso a los alimentos y tampoco está garantizada su disponibilidad.
“En 2020, la respuesta humanitaria buscará fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional de las personas más vulnerables, alcanzando a una población meta de 1,1 millón de personas vulnerables”, se precisa en el documento.
Indicadores alarmantes
Además de los 2,4 millones de personas con desnutrición o inseguridad alimentaria severa en Venezuela, el Programa Mundial de Alimentos determinó que otras 7 millones de personas sufren inseguridad alimentaria moderada.
En definitiva, una de cada tres personas en Venezuela requiere asistencia humanitaria en materia de alimentación.
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El plan de la OCHA cita otros estudios técnicos que confirman los altos niveles de desnutrición o inseguridad alimentaria severa en Venezuela.
El Estado de Seguridad Alimentaria y Nutrición en el Mundo (SOFI, por sus siglas en inglés) demuestra que la inseguridad alimentaria severa en Venezuela es una expresión e la emergencia humanitaria compleja en el país.
Los registros de SOFI indican que la tasa de subalimentación en Venezuela ha empeorado progresivamente. De 11,7 % (3,7 millones de personas) entre 2012 y 2014 pasó a 21,2% (6,8 millones de personas) entre 2016 y 2018.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) advierte que la situación puede empeorar. Por ello incluyó a Venezuela en la lista de países bajo observación y monitoreo.
Los más necesitados
El plan de la OCHA incluye un segundo análisis de prioridades. La respuesta humanitaria prevista para 2020 se concentrará en los más necesitados.
Los sectores de la población priorizados son: niños y niñas menores de cinco años, mujeres embarazadas y lactantes, en particular mujeres indígenas y adolescentes; además, las personas adultas mayores, adolescentes en situación de riesgo y personas migrantes y refugiadas que han retornado a Venezuela.
“Estas personas serán el enfoque de la respuesta humanitaria por presentar brechas extremas en el consumo de alimentos, o padecer un agotamiento de los medios de vida”, razona la agencia de Naciones Unidas.
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La creación y fortalecimiento de capacidades también orienta la asistencia humanitaria para paliar la desnutrición o inseguridad alimentaria severa en Venezuela.
En ese sentido, planean distribuir semillas, animales e insumos para la producción, y asistencia técnica y modelos de producción de semilla local o endémica, rescate de productos ancestrales y recetas tradicionales locales.
En el plan se identifican los estados con mayores índices de desnutrición o inseguridad alimentaria severa en Venezuela. La lista la componen Amazonas, Delta Amacuro, Falcón, Bolívar, Monagas, Zulia, Anzoátegui, Barinas, Miranda y Trujillo.
52 actores humanitarios desarrollarían 66 proyectos. Sin embargo, para lograr los objetivos planteados se requiere dinero: La OCHA calcula un monto de 158,1 millones de dólares.
