Familiares de la víctima acusan a las FAES por ejecución extrajudicial. Yender Arriechi Mújica, de 26 años, tenía diez días de haberse reencontrado con su familia cuando fue fue asesinado
Reporte Proiuris
Karina Peraza Rodríguez
Funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) irrumpieron en la casa donde dormía Yender Javier Arriechi Mújica, de 26 años de edad. Ese 25 de mayo fue la última vez que sus familiares lo vieron con vida.
A las 4:00 a.m., los uniformados llegaron a la calle 2 con carrera 3 del barrio La Victoria de la parroquia Unión. Se trasladaban en una patrulla negra y un vehículo blanco. Ingresaron violentamente a la casa y despertaron a Yender Javier. En la vivienda también estaban sus padres, además un joven de 20 años de edad, un adolescente de 15 años y un niño de 8 años, todos familiares.
“Se lo arrancaron de los brazos a su mamá. Amenazaron con llevarse a los otros jóvenes que estaban en la casa y a todos los encerraron en un cuarto. Yender Javier solo alcanzó a pedir la bendición a su padre y este le dijo que se encomendara a Dios”, relató uno de los seres queridos del joven.
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Su padre trató por distintos medios de ubicarlo, pero fue después de las 8:00 a.m. que supieron que estaba en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto.
Un disparo en el tórax y dos en el abdomen acabaron con la vida de Yender Javier. Fue ultimado a las 5:30 a.m. en la calle 6 entre carreras 16 y 17 de Santos Luzardo, comunidad ubicada en la parroquia Unión.
Según la información oficial se trató de un presunto enfrentamiento. Aseguran que Yender Javier corrió sin acatar la voz de alto y que además disparó en contra de la comisión. Sin embargo, sus familiares acusan a las FAES por ejecución extrajudicial.
Testimonio por WhatsApp
“Ahorita a las 4:00 de la mañana se acaban de llevar a mi hijo de aquí de la casa, el FAES. Mi hijo se llama Yender Arriechi. Yo le pido la colaboración a todos los compañeros de este grupo por mi hijo, por la vida de mi hijo. Porque yo sé que cuando ellos llegan es para quitarle la vida a alguien y yo les pido el apoyo”, se escucha un primer audio de Whatsapp que fue enviado por el coordinador de una Unidad de Batalla Hugo Chávez (UBHC) a un grupo de afectos al oficialismo.
Los audios fueron enviados ese lunes 25 de mayo en horas de la mañana, por el padre del joven.
“Digo esto con todo el dolor de mi alma para que sepan lo que está haciendo el Gobierno. Porque yo soy revolucionario, porque yo creí en el presidente Chávez. Pero, tristemente, vemos como a nuestros hijos los matan sin ninguna justificación alguna, llevándoselos vivos de la casa y apareciendo muertos”. Esta es otra parte del testimonio que envió el señor Arriechi al mismo grupo.
Reencuentro y despedida
Sobre la vida de Yender Javier sus parientes relataron que el joven tenía antecedentes penales por delitos de droga. Estuvo detenido en el Centro Penitenciario de Los Llanos (Cepella), ubicado en Guanare, Portuguesa. En diciembre del 2019, obtuvo libertad condicional y debía presentarse ante los tribunales de forma periódica.
Como era padre de dos niños, de 5 y 2 años de edad, y además tenía una mujer embarazada, comenzó a viajar a Cúcuta, donde compraba chucherías para vender, cuentan sus familiares.
Una vez que el Estado venezolano ordenó el cierre de la frontera con Colombia para detener la propagación de la COVID-19, Yender Javier decidió regresar a su país. Una vez que ingresó pasó su primera cuarentena en el estado Táchira; allí estuvo más de quince días. Posteriormente fue trasladado al estado Lara e internado en la Villa Bolivariana, lugar utilizado como refugio. Allí debía cumplir 15 días más de cuarentena.
“Mientras estaba en la Villa Bolivariana, Yender Javier convulsionó y estuvo hospitalizado por varios días en el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) del barrio Bolívar por lo que su salida se atrasó», comentaron sus seres queridos.
Una vez pasó todo el protocolo, Yender Javier fue dado de alta de la Villa Bolivariana y apenas tenía diez días de haberse reencontrado con su familia cuando la FAES lo asesinó.