En Venezuela no existe un sistema de salud robusto para ofrecer programas de prevención, diagnóstico, y tratamiento a quienes padecen esta patología y no tienen los recursos económicos necesarios
Reporte Proiuris
Marialin Lacourt Juliac
Las muertes de mujeres en Venezuela por cáncer de mama aumentan año a año, según la organización no gubernamental Fundaseno. Sin embargo, desde 2013, cuando la tasa de mortalidad se ubicó en 18,1 y se registraron 2.036 casos, no hay estadísticas oficiales disponibles. La incertidumbre es parte del problema.
Quienes padecen esta patología en el país también deben afrontar el progresivo deterioro del sistema público de salud, que no ofrece programas de diagnóstico oportuno ni tratamientos. Si la persona no dispone de recursos económicos, las consecuencias podrían ser fatales.
El cáncer de mama también ocupa el primer lugar entre las patologías por incidencia o nuevos casos diagnosticados en la mujer venezolana con una tasa de 25,45% y 6.293 casos registrados en 2015. El cáncer de cuello uterino ocupa el segundo lugar, con una tasa de 16.47% y 4.072 casos documentados.
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De acuerdo con el cirujano mastólogo Víctor Acosta, representante de Fundaseno, cada vez se registran más casos de cáncer de mama en edades tempranas. “La recomendación habitual es hacerse la mamografía a partir de los 40 años, pero considerando estos registros sugerimos que se realice el estudio desde los 35 años”, explicó el especialista.
Foto cortesía
Acosta destacó que no hay centros oncológicos a los cuales los pacientes con patologías malignas puedan acudir para ser atendidos oportunamente. “En algunos no hay un buen mamógrafo y en otros no están funcionando”, por lo que no hay centros públicos que reúnan todos los servicios necesarios para que personas con pocos recursos económicos reciban una atención adecuada. “No hay un sistema de salud robusto. Las políticas públicas son deficientes”, agregó el experto.
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Ante esta crisis de salud pública en Venezuela, Fundaseno recomienda mitigar los factores de riesgo que podrían influir en la aparición de la patología, entre ellos el sobrepeso y el consumo de alcohol. “Llevar una vida saludable, hacer ejercicio, el bajo consumo de alcohol y una dieta alta en fibra, entre otras medidas, disminuyen de manera considerable el riesgo de padecer cáncer de mama. La mamografía no previene, ella nos permite determinar lesiones para que los tratamientos sean en consecuencia a lo detectado”, puntualizó Acosta.
El médico aclaró que la mamografía se debe hacer aun si se tienen implantes y que el ultrasonido mamario es complementario. “Se debe partir sobre la base de la mamografía para un diagnóstico oportuno”, recalcó.
