Hilda Valera, oriunda de Boconó, estado Trujillo, tiene cuatro meses pernoctando en el hospital Vargas desde que su hijo, Benito Hernández, fue internado a causa de un tumor cerebral. Necesita 42 frascos de antibióticos y cada ampolla le cuesta 1.800 bolívares, lo equivalente a un mes de pensión
Betania Franquis Prada
Cuatro meses tiene Hilda Valera pernoctando en el hospital José María Vargas, desde que su hijo Benito Hernández fue internado en agosto a causa de un tumor cerebral.
Valera de 68 años de edad, oriunda de Boconó, estado Trujillo, relata que a su hijo le detectaron la masa de tejido benigno en el año 2008, cuando aún la familia disponía de los recursos suficientes para comprar los medicamentos necesarios. Aunque Hernández, de 48 años de edad, ha sido operado en varias oportunidades, el tumor ha reaparecido. Las complicaciones asociadas a la enfermedad, la escasez de medicinas y sus altos costos agravaron su estado de salud desde el año 2013.
A mediados de octubre un episodio de fiebre dejó a Hernández con la mitad derecha del cuerpo paralizado. Para ese entonces tenía varias semanas sin recibir antibióticos. Hoy en día las secuelas de las altas temperaturas son evidentes. “Ya no camina ni se levanta de la cama. No me reconoce y tampoco habla. Aquí me dijeron que le dio un resfriado. Esa fue toda la explicación que me dieron” contó Valera.
Para ser nuevamente intervenido, Hernández amerita recibir un ciclo de tratamiento antibiótico por 21 días. Una ampolla de meropenem y otra ceftriaxona cada 8 ocho horas. Ninguno de los dos fármacos es distribuido en el hospital y el costo de cada presentación en las farmacias es demasiado elevado para la familia Valera. “Cada ampolla cuesta 1.800 bolívares y necesito más de 42 frascos. Estoy endeudada y ya no tengo más dinero. Es demasiado difícil y no recibo ninguna ayuda”, dice la madre.
Los registros de la Federación Farmacéutica Venezolana, (Fefarven), apuntan que ocho de cada diez medicamentos no están disponibles en las farmacias por la hiperinflación que impacta en la economía nacional. En enero del año 2018 se registró un aumento en el precio de los medicamentos entre 1.000% y 3.000%, según su presidente Freddy Ceballos.
Además de los medicamentos, Hernández requiere pañales, gasas y centros de cama. Su hermana, que vive en Caracas, es la única que apoya a Valera con comida y algunos medicamentos. La pensión es insuficiente para costear los tratamientos y la salud de Hernández empeora cada día más. “No tenemos a quien recurrir y veo que mi hijo cada día está peor. No alcanza el dinero”, dice la angustiada mujer.