En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la compañía AM Danza de Habilidades Mixtas presenta un espectáculo que reúne a 50 bailarines en escena
Erick S. González Caldea
Algunos en sillas de ruedas o andaderas, otros con muletas o prótesis… 50 cuerpos diversos se reunieron en un mismo escenario para bailar. Ubuntu, el más reciente trabajo de la compañía AM Danza de Habilidades, es una celebración de la solidaridad.
La obra del coreógrafo Alexander Madriz se estrenó este sábado 1 de diciembre en el Teatro Teresa Carreño, en el marco del Día Internacional de la Personas con Discapacidad, que se celebra cada 3 de diciembre por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En todo el mundo, la efemérides es una oportunidad para visibilizar la situación de los derechos humanos de un sector de la ciudadanía en permanente riesgo de exclusión.
La profundización de la emergencia humanitaria compleja afecta a todos los venezolanos, pero mucho más a los que tienen derecho a una atención diferenciada por parte del Estado.
Que las escaleras mecánicas de las estaciones del Metro de Caracas no funcionen es una violación de los derechos de las personas con motricidad reducida. Probablemente algunos de los bailarines que integran el elenco de Ubuntu se enfrentaron a esos obstáculos en el trayecto de sus casas a la Sala Beracasa del Teatro Teresa Carreño, donde ensayaron durante cuatro meses.
En Ubuntu, cada movimiento libera a los bailarines y estremece a los espectadores. Las funciones del sábado 1 y domingo 2 de diciembre coparon el aforo del Taller de Realización, ubicado en el sótano 1 del Teatro Teresa Carreño, un espacio no convencional que sumó magia al espectáculo.
Ubuntu estará hasta este martes 4 de diciembre en el espacio Taller de Realización del Teresa Carreño. El costo de la entrada es de 150 bolívares soberanos y pueden ser adquiridas en las taquillas de teatro
Alexander Madriz, con una trayectoria de 20 años en la exploración de la danza inclusiva, explica que no le interesa mostrar a los bailarines encasillados en la discapacidad, sino, por el contrario, todas las posibilidades expresivas que poseen a partir de sus funcionalidades diversas.
50 bailarines, con diferentes capacidades, emocionaron a la audiencia durante la presentación del fin de semana en el Teatro Teresa Carreño | Foto: Horacio Velasco
“Ubuntu es un taller montaje, donde se reunieron bailarines profesionales y personas que por primera vez en su vida incursionaban en la danza. Eso es un ingrediente adicional de la obra que opera como argumento en favor de la creación artística más allá de bailarines y formas de bailar convencionales”, dice Madriz. Cada escena de Ubuntu presenta a los bailarines con diversas funcionales a lado de actores profesionales. De eso se trata la integración
En una de las escenas, un mar de piernas arrulla a una bailarina que usa una prótesis en su pierna derecha. Ella añora ese miembro perdido sin dejar de agradecer la vitalidad que tiene actualmente.
Cada movimiento libera a los bailarines y estremece a los espectadores | Foto: Horacio Velasco
Las sillas de ruedas y las muletas no son un impedimento para las acrobacias y maniobras que hacen cada uno de los bailarines; más bien se vuelven herramientas que hermosean las imágenes.
55 minutos de danza heterodoxa concluyen con una gran fiesta al ritmo de música balcánica. Las trompetas guían una marcha enérgica que concluye en un aplauso compartido. Y es es eso, precisamente, lo que significa Ubuntu: la reivindicación del ser colectivo. «Yo soy porque nosotros somos».
