El equipo de trabajo de Unicef y la Organización Internacional de Migraciones entrevistó a 3.785 personas, entre mayo y junio de 2018, en las localidades de Pacaraima y Boa Vista, al norte de Brasil
Arturo Guillén
Trabajar sin remuneración, amenazas de violencia física, separación familiar, secuestro, riesgo de violencia sexual, arreglos de matrimonio y propuestas monetarias para donación de sangre u órganos son algunas de los riesgos que corren muchos de los niños venezolanos que se vieron forzados a migrar con sus padres al norte de Brasil.
Así lo señala un informe elaborado por la Organización Internacional de Migraciones (OIM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) publicado este martes 3 de octubre, sobre la situación de niños, niñas y adolescentes venezolanos en Pacaraima, poblado de Brasil cercano a la frontera con Venezuela, y Boa Vista.
El equipo de trabajo de las dos agencias de las Naciones Unidas entrevistó a 3.785 adultos en ambas localidades, entre mayo y junio de 2018. Del total, 425 (11,2%) eran responsables de niños y adolescentes, quienes no necesariamente eran sus hijos. En el texto se indica que la información es referente a 726 niños y adolescentes, por lo que no representa el total del flujo migratorio venezolano en ese país.
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“La información de los niños y adolescentes fue proporcionada por el adulto responsable que respondía cada encuesta, o por los niños y adolescentes cuando no se encontraban acompañados de un adulto”, se puntualiza en el informe.
Ambas agencias señalan que la principal actividad que los niños y adolescentes realizan en Brasil es de ayudantes de albañilería, jardinería y cocina. También se dedican a la venta ambulante, tareas de limpieza y mecánica.
En informe indica que 63,5% de los menores de edad de la muestra que tomaron para el estudio no asisten a la escuela y casi todos los adultos entrevistados aseguraron que los niños y adolescentes a quienes cuidan han comido de forma irregular desde su llegada al país amazónico.
“Con este ejercicio se agregó una sección que persigue conocer características demográficas e identificar necesidades y vulnerabilidades de los niños, niñas y adolescentes (personas de 18 años y menos), contando para ello con el apoyo técnico y financiero de Unicef”, se lee en el documento.
Más de 100.000 venezolanos han ingresado a Brasil de acuerdo a las autoridades de ese país y solo el estado de Roraima ha totalizado 75.500 solicitudes de regularización desde 2015.