Los venezolanos de todos los estratos sociales dejaron de comprar alimentos proteicos, según un estudio de la Fundación José María Bengoa para la Alimentación y Nutrición.
Erick S. González Caldea
9,6 millones de venezolanos hacen solo dos comidas al día. Así lo aseguró Maritza Landaeta, pediatra y representante de la Fundación José María Bengoa para la Alimentación y Nutrición (Bengoa), durante su intervención en el foro “Alimentación en Emergencia Humanitaria”, organizado por Amnistía Internacional de Venezuela.
“Con solo dos alimentos al día no se puede tener un desarrollo adecuado, porque se restringe el consumo de nutrientes necesarios para la salud» indicó.
Landaeta explicó que según última la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida en Venezuela, realizada en 2016 y en la que se consultó a 6 mil hogares, 44% dejó de comprar lácteos, 37% ya no compra pollo y 28% no compra carne por sus altos costos.
Indicó que una familia de cinco miembros debe gastar, en promedio, 89.000 bolívares diarios para compra comida (basados en los informes mensuales del Centro de Documentación y Análisis social de la Federación Venezolana de Maestros, cuyo cálculo de canasta alimentaria actual es de 2.681.464 bolívares).
Landaeta aseguró que en nueve de cada diez hogares los ingresos económicos no alcanzan para comer y que la falta de alimentación influye, drásticamente, en las actividades laborales de los ciudadanos.
“La población más vulnerable sufre los estragos de la desnutrición, como consecuencia de esto viven en situaciones de violencia y maltrato extremos, sobre todo, los niños que padecen la falta de alimentación critica o severa. En estos hogares, muchas veces la mamá deja de comer para darles el alimento a sus hijos. Ellas son llevadas a ese nivel de estrés hasta que llegan a explotar”, relató Landaeta.
Agregó que estas historias se escuchan todos los días en los hospitales del país. Advirtió que “apenas es la punta del iceberg, puesto que por cada niño grave que llega a un hospital hay 20 casos que no son informados”.
Afecta asistencia escolar. Landaeta sostuvo que según la encuesta Encovi 65% de los niños faltan a la escuela por problemas con servicios públicos como el agua, luz y transporte. Señaló que la consulta arrojó que en los hogares más pobres 50% de los niños dejan de ir a la escuela.
Indicó que el programa de alimentación escolar es irregular y de baja calidad. Explicó que la falta de nutrición en mujeres embarazadas tenga un alto riesgo de complicaciones durante el período de gestación y hasta la muerte.
El seguimiento hecho en tres escuelas de las ciudades Maracaibo, Mérida y Caracas, reveló que 30% de los alumnos padecen de desnutrición.
Concluyó que debido a la inflación, escasez de alimentos y el desabastecimiento en el país hicieron que la emergencia alimentaria se posicionara en los hogares venezolanos. “El mal que tiene el gobierno, en cuanto a sus programas alimentarios, es que no focaliza ni realiza los estudios acertados. En el caso de las bolsa Clap, esta solo llega a 10% de las familias”.
